¿QUE ENTENDEMOS POR LA CALIDAD Y EXCELENCIA DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS?
Muy poco se habla en estas fechas de la preocupación latente de los padres por la proyección educativa de sus hijos para el siguiente año. Pues entre los meses de septiembre hasta diciembre, se suele evaluar si los hijos seguirán estudiando en la misma institución educativa o se considerará otra.
De ser el caso, los padres tienen una brecha muy corta de tiempo para la elección de una nueva institución ya sea pública o privada. Debido a la alta demanda del servicio educativo, las instituciones públicas no son suficientes para atender la numerosa cantidad de público estudiantil y las instituciones privadas entraron al mercado para suplir ese vacío, tanto así, que hoy es más común ver colegios privados que estatales.
¿Qué factores debemos considerar o tomar en cuenta, para poder elegir la institución educativa donde depositaremos la confianza de la educación de nuestros hijos, siendo esta, un factor determinante en la formación de su futuro? Podemos considerar la cercanía, la pensión a pagar, su construcción, su tendencia religiosa, los ambientes que cuentan, la formación curricular, etc, pero nos estamos olvidando tal vez de lo más importante. Su calidad educativa.
Esta condición que debe tener toda institución, sea pública o privada, muchas veces es subestimada por los padres, y siempre la exigimos durante el año escolar, cuando expresamos nuestro malestar por el poco rendimiento de nuestros hijos, alta carga de tareas, desmotivación o cambios negativos de conducta, convirtiéndose en una preocupación constante y alimentando a su vez, la desconfianza sobre si realmente el colegio tiene calidad educativa, pues valgan verdades, no sabemos cómo medirla y solo nos basamos en la experiencia vivida al recordar cuantas personas egresadas de ese colegio alcanzaron una profesión o el éxito.
Esta tendencia de formar a las instituciones educativas bajo una filosofía de calidad educativa fue materia de debate durante los primeros años de este decenio. Muchas instituciones enarbolaban las banderas de la calidad, creaban, mejoraban y ampliaban sus instalaciones, exigían y calificaban a sus profesores y se autoproclamaban líderes de esta calidad.
Sin embargo, el Estado a través del Ministerio de Educación, como órgano responsable de la educación del país, ha tomado la bandera de este clamor, creando por Ley N° 28740.- Ley del Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa.- SINEACE, con la finalidad de calificar esta condición a las Instituciones Educativas Públicas y Privadas, ya sea en el ámbito de la Educación Básica y Técnico-Productivo, Educación Superior No Universitaria y Universitaria Pública o Privada.
Con esta iniciativa se quiere promover una filosofía de auto regulación y la mejora continua de las instituciones educativas, sean públicas o privadas, en búsqueda de una cultura de calidad, teniendo como horizonte, una futura educación de calidad.
La iniciativa se encuentra en proceso. Ya inició la etapa de selección de los futuros evaluadores, quienes serán los que, previa a una rigurosa evaluación, determinen que institución educativa se encuentra en condiciones para ser acreditada como “una Institución Educativa de Calidad”, futura certificación que tomarán en cuenta, en primer lugar, los padres de familias para poder tomar una decisión más acertada en la formación de los hijos.
Debemos rescatar un punto importante de esta iniciativa y es el hecho que otorga a la propia institución educativa, sea esta pública o privada, la oportunidad de “autoevaluarse”, es decir, proponerse en mejorar sus servicios en la educación, de acuerdo a los lineamientos de la Ley, sus reglamentos y directivas.
Es en esta etapa del proceso de implementación, en la que P&P Consultores ofrece a las instituciones educativas, sean públicas o privadas, la adecuación y organización necesaria para este proceso de evaluación y su futura acreditación.
Debemos recalcar la importancia de la acreditación, ya que la misma redundará en el cambio de la educación que exige el país, la cual debe ir a la par con la proyección de desarrollo socio - económico, porque sin una educación calidad, el desarrollo económico al que apuntamos no podrá realizarse.